Teorías éticas

Hace muchos años leí un grafiti que decía «el problema no eres tú, el problema es tu marco teórico». En ese momento me causó gracia, hoy día me recuerda la razón de ser de las teorías éticas: un marco teórico para tomar decisiones éticas.

Creyentes y no creyentes estamos familiarizados con la que es, quizá, la decisión más discutida en la historia de la humanidad: la crucifixión de Jesús.

En el primer siglo, el historiador romano Tácito se refiere a la crucifixión como la «pena extrema», y confirma tanto la crucifixión de Jesús como la asociación de Pilato con la ejecución.

Nerón aseguró la culpa e infligió las más exquisitas torturas a una clase odiada por sus abominaciones, llamada cristiana por el populacho. Cristo, de quien procede el nombre, sufrió la pena extrema durante el reinado de Tiberio a manos de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilato.

― Tácito, Los Anales

Si hablamos del Jesús histórico en la actualidad, la mayoría de los eruditos consideran la existencia de Jesús y su crucifixión como «base histórica».

Ahora bien, lo que sucedió hace dos mil años en el Gólgota fue producto de decisiones que fueron tomadas por personas reales. Si planteamos el problema de la manera más sencilla posible, quedaría de la siguiente manera:

¿Es correcto castigar a un inocente?

¿Es correcto castigar a un inocente y no a los culpables?

Hemos tenido dos mil años para discutir sobre este problema en particular, y casi de manera instintiva todos respondemos que «no es correcto». Sin embargo, sigue sucediendo una y otra vez.

«El problema no eres tú, el problema es tu marco teórico.»

Ecce Homo de Antonio Ciseri, 1871.

¿Con base en qué decidimos nuestra manera de actuar?

Elegir y tomar una decisión es uno de los procesos más importantes en la conciencia, se trata de una actividad vital a lo largo de la vida cotidiana y de toda nuestra existencia. Lo que debemos comprender es que tenemos la opción de tomar decisiones o tomar decisiones éticas.

Cuando hacemos una elección y tomamos una decisión estamos influenciados por la cultura, nuestros sistemas de creencias, los valores, las actitudes, la personalidad y percepciones, entre muchas otras cosas. No obstante, la principal influencia es nuestro conocimiento. Precisamente, ahí es donde las teorías éticas se tornan valiosas, porque proporcionan los fundamentos para tomar decisiones éticamente correctas.

Las teorías éticas representan diferentes puntos de vista desde los cuales podemos buscar orientación al tomar decisiones. Es importante tener claro que todos tenemos objetivos diferentes, por ello no tomamos decisiones de la misma manera. Para algunos el bien, la justicia o el menor daño son importantes, mientras que para otros puede ser la utilidad o el respeto por la autonomía.

Teorías éticas

Ética de la virtud

El bien y el mal se caracterizan en términos de actuar de acuerdo con las virtudes tradicionales: hacer que la persona sea buena, porque la vida virtuosa es la vida más satisfactoria, la más feliz.

La contemplación de la verdad es el ideal de la vida virtuosa:

  1. La finalidad de nuestra acción es la felicidad. 
  2. La felicidad consiste en actuar de acuerdo con la razón. 
  3. Actuar de acuerdo con la razón es la característica distintiva de todas las virtudes tradicionales. 

¿Estoy siendo una persona ejemplar? 

Ética epicúrea o epicureísmo

El principio de todo bien se haya en el placer. El placer es un bien inherente a nuestra naturaleza y estamos destinados a buscarlo. La finalidad de nuestras vidas es el placer, pero no cualquier placer, sino el tranquilo y duradero.

El placer es el principio y el fin de la vida feliz:

  1. El placer es entendido como la ausencia de dolor. 
  2. No se trata de buscar el placer sensual del cuerpo, sino la ausencia de sufrimiento. 
  3. La conducta correcta consiste en saber elegir los placeres. 

¿Estoy eligiendo sabiamente los placeres?

La ética estoica o estoicismo

El estoicismo nos presenta una ética basada en su comprensión de la naturaleza. El conocimiento de nuestra propia naturaleza nos permite discernir aquello que el cuerpo y la vida en común exigen de nosotros. Para conseguir la perfección y la felicidad no debemos guiarnos por las apariencias de las cosas, sino por la motivación de actuar racional y benevolentemente, aceptando nuestro destino.

El propósito de la vida es la felicidad y ésta se alcanza por la virtud, viviendo según los mandatos de la razón:

  1. El mundo se encuentra gobernado por una ley o razón universal (logos) que determina nuestro destino. 
  2. Estamos limitados por un destino inexorable que no podemos controlar. 
  3. La conducta correcta es la aceptación de los hechos y cosas que perturban la vida. 

¿Vivo de acuerdo con la naturaleza?

Neoplatonismo

Para el neoplatonismo el camino a la salvación es la vida filosófica. El bien es la actividad específica natural de todos los seres, pero el alma sublime dirige su actividad a la cosa más sublime: el Bien sin más.

Existe un Bien absoluto que debemos buscar:

  1. En el Uno, el espíritu y el alma del mundo, existe unión y perfección. 
  2. La imperfección se encuentra en la materia. Somos prisioneros de ella (cuerpo). 
  3. La conducta correcta está en buscar la perfección, y esto sólo lo logramos si practicamos la virtud. 

¿Busco el Bien sin más?

Ética kantiana o del deber

Para la ética kantiana el valor moral de nuestros actos debe evaluarse desde la motivación que nos lleva a realizarlos. Porque las acciones son verdaderamente morales sólo si tienen la intención correcta, es decir, basadas en la Buena Voluntad. No importa si el objetivo de nuestra acción es en sí mismo bueno o malo, lo importante es la intención que nos mueve a realizarla. Asimismo, el único fundamento de la norma moral es el deber. 

Lo correcto y lo incorrecto está determinado por la racionalidad, dando deberes universales. 

Para Kant actuar moralmente es bastante simple: 

  1. Debes cumplir con tu deber (simplemente porque es tu deber). 
  2. La razón te guía a esta conclusión. 
  3. La Buena Voluntad (es decir, tener las intenciones correctas) es lo único que es bueno. 
  4. La Buena Voluntad solo puede ser una ley de «conformidad universal»:

«Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en ley universal» 

Esto se llama Imperativo Categórico, algo así como La Regla de Oro. La idea es que adoptemos reglas generales que puedan ser aceptadas por todos. 

Kant también enseñó que nunca tratemos a nadie simplemente como un medio para un fin. Más bien, tratemos a todos como un fin en sí mismos. 

¿Cuál es mi deber para con los demás considerando la ley universal, los medios contra fines y la buena voluntad? 

Utilitarismo

Los principios democráticos y económicos reflejan el utilitarismo. Este es el modelo ético dominante en nuestra sociedad. 

Aquí las acciones son valoradas no por lo que son en sí mismas, sino por las consecuencias que producen. Lo que es útil es bueno. Ahora bien, las consecuencias de las acciones se valoran según la cantidad de felicidad que aportan para el mayor número posible. 

  1. Lo correcto e incorrecto está determinado por la bondad general (utilidad) de las consecuencias de la acción.
  2. Ninguna acción es intrínsecamente correcta o incorrecta.
  3. El mayor bien es la mayor felicidad para el mayor número posible de personas 

¿Qué traerá el mayor bien general para todos los interesados? 

Ética del superhombre

La ética del superhombre se basa en la autodeterminación en relación con el mundo social y cultural en el que uno está inmerso. El motor de la existencia es la voluntad de poder, debemos aspirar a una vida plena y comprometernos con lo que somos: expansión y transformación.

Debemos transformarnos a nosotros mismos y transformar el mundo:

  1. Nuestra naturaleza no es fija y consiste en la continua autosuperación. 
  2. Todo lo que no se transforma decae y se pervierte, por tanto, no trascenderse es decaer. 
  3. La acción correcta es la autosuperación (expansión y transformación). 

¿Sería feliz si tuviera que vivir nuevamente una y otra vez la misma vida?

Axiología o ética de los valores

La ética de los valores denota el grado de importancia de una acción, con el objetivo de determinar qué acciones son mejores para hacer o de qué manera es mejor vivir, o para describir el significado de diferentes acciones. Los valores son absolutos, objetivos e intemporales (Aquí no hay cabida para el relativismo moral).

Los valores reflejan el sentido de lo correcto y lo incorrecto de una persona o lo que debería ser. La persona es un valor por sí misma:

  1. Actuar moralmente implica decidirse por un valor y comprometerse con él.
  2. Una acción es buena en función del ordenamiento jerárquico que precede a los valores. 
  3. Lo correcto depende de la coherencia entre querer y actuar desde el propio entendimiento de los valores. 

Si yo fuera una «buena» persona, ¿qué haría?

Ética dialógica

La ética dialógica no establece normas concretas de acción, sino el procedimiento para determinar qué normas tienen valor ético: 

  1. Todos los afectados por una misma norma deben participar en su discusión. 
  2. Todos los participantes deben tener los mismos derechos, y las mismas oportunidades de argumentar y defender sus posturas. 
  3. No puede existir coacción de ningún tipo, y todos los participantes deben intervenir en el diálogo teniendo como finalidad el entendimiento. 

Sólo tienen validez aquellas normas aceptadas por un consenso en una situación ideal de diálogo.


Arte | Ecce Homo de Antonio Ciseri, 1871. Se encuentra en la Galería de arte moderno de Florencia (Uffizi). 

La pintura recrea el momento histórico en que Poncio Pilato se dirige al pueblo —sabiendo que era víspera de Pascuas— y deja que el pueblo decida entre liberar a un preso de nombre Barrabás o liberar a Jesús. La figura central de la pintura es Poncio Pilato dirigiéndose a la gran multitud, señalando con la mano izquierda a Jesús y manifestando ante la multitud «Ecce Homo», «este es el hombre». 

La escena es de fuertes connotaciones éticas y políticas. Recordemos que no solo se trata de la decisión del jefe romano, que encarna la vileza y la sumisión a los bajos intereses de la política, la muchedumbre también escoge entre Barrabas y Jesús. La única figura que deja ver su rostro al espectador de la obra es la esposa de Pilato. Ella avisa a Pilato de no tomar partida en la sentencia de Cristo.