Sobre la universalidad de las reglas morales

7 minutos

256 vistas

Para comprender la universalidad de las reglas morales es necesario comprender la objetividad de la verdad moral. Nuestro sentido moral está estrechamente relacionado con nuestra naturaleza humana y nuestro intelecto, mientras que las normas morales son el producto de la evolución cultural como lo explica Francisco Ayala, profesor de biología evolutiva en la Universidad de California.

Ahora bien, el hecho de que una regla moral no se aplique a todos los contextos sociales e históricos no significa que no sea objetiva o que carezca de toda proporción o significado.

Existen reglas universales que son ciertas y se aplican a todos por igual, lo que llamamos absolutismo moral. Ahora bien, el absolutismo adopta una visión universal de la humanidad. Así, existe un conjunto de reglas para todos que permite la redacción de reglas universales, como la Declaración de los Derechos Humanos

Asimismo, los actos inmorales (actos que rompen estas reglas morales) son incorrectos en sí mismos, independientemente de las circunstancias o las consecuencias de esos actos. 

Igualmente, lo que consideramos «bueno» se puede referir a las cosas que un grupo particular de personas aprueba. Por ello, es posible encontrar diferentes reglas morales entre culturas y en los diferentes períodos de la historia. A esta postura la llamamos relativismo moral. 

Básicamente, el relativismo moral responde a las diferentes circunstancias que rodean los actos humanos. La cuestión es que las reglas morales son mucho más que el acuerdo general de un grupo de personas. 

En consecuencia, la mayoría de filósofos explican que hay reglas éticas absolutas, así como también hay reglas éticas que dependen de la cultura. 

Absolutismo moral

El absolutismo moral es la creencia de que existen estándares éticos universales que se aplican a cada situación. Así, podemos creer que una regla moral es verdadera independientemente de si alguien la cree, ya sea que alguien lo sepa o no. 

Para el absolutismo moral hay verdades morales universales relevantes en todos los contextos y todas las personas. Estas verdades pueden basarse en fuentes como la ley, la racionalidad, la naturaleza humana o la religión. 

Por ejemplo, en una discusión sobre si alguna vez está bien mentir, la posición absolutista sería que no está bien mentir. Independientemente del contexto, por qué y a quién se miente. 

Absolutismo racional 

Para Immanuel Kant, la verdad moral se fundamenta en nuestra racionalidad. Según él, nos debemos a nosotros mismos actuar de la manera más racional posible. Para lograrlo, debemos recurrir a los «imperativos categóricos», deberes que estamos moralmente obligados a seguir. 

Desde la perspectiva del principio de universalización kantiano, un acto solo se convierte en un deber si estamos dispuestos a convertirlo en una ley universal a la que todos estén obligados: «Obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal». 

Para comprender esto, siguiendo el mismo ejemplo de Kant, imaginemos que mentir es una ley universal, es decir, todos mienten. Pronto comprenderíamos que no podríamos confiar en nadie ni en nada. Precisamente, el problema que señala Kant es la contradicción. Si generalizamos la mentira, entonces, la verdad ya no existiría, lo que haría que el acto mismo de mentir careciera de sentido. Por consiguiente, mentir es un acto contradictorio que contraviene los estándares absolutos de la moralidad racional. 

Relativismo moral

Si bien podemos estar de acuerdo con Kant y sentir que el absolutismo racional es necesario, la verdad es que la mayoría de nosotros permitimos un cierto grado de relativismo moral en nuestro día a día. 

Contrario al absolutismo, el relativismo moral es la creencia de que los juicios morales pueden verse como verdaderos o falsos según un contexto histórico, cultural o social. 

En una discusión sobre si alguna vez está bien mentir, la posición relativista sería que la verdad depende del contexto. Según el relativismo moral, dos personas podemos estar en desacuerdo sobre si una acción es correcta o incorrecta, y, al mismo tiempo, ambas podemos estar en lo cierto. Porque lo que consideramos correcto o incorrecto difiere según sus contextos. 

La pregunta fundamental del relativismo moral es ¿a qué debe relacionarse la moral? 

La moral es relativa a algo, ya sea una época, una cultura, un sistema social, un sistema de valores, un grupo de personas, etc. 

Por ejemplo, el filósofo estadounidense Gilbert Harman, sostiene que la moral es relativa a un acuerdo hecho entre los miembros de determinada colectividad, para comportarse de determinada manera. Lo que podemos considerar moralmente correcto en relación con un marco moral, puede ser moralmente incorrecto en relación con un marco moral diferente. 

En consecuencia, ningún marco moral se privilegia objetivamente como la única verdad moral. Es como las reglas de juego que cambian según el juego que juegues. 

Comprendiendo el relativismo moral 

El relativismo moral es una visión filosófica con argumentos sólidos, sobre la gran diversidad de sistemas y actitudes morales que existen en todo el mundo. 

Lo primero que debemos considerar y comprender es que, para el relativismo moral, hay más de un sistema válido de moralidad y no sugiere sistemas o actitudes morales. Lo que hace es poner los sistemas o actitudes morales existentes en el contexto de los problemas sociales y morales que enfrenta cada sociedad. 

El relativismo moral no es sinónimo de nihilismo moral o escepticismo moral 

Para el relativismo moral la moralidad se relaciona con algo, pero por ello no deja de ser. El hecho de que las reglas de juego cambien de un juego a otro no significa que las reglas de juego, del juego que jugamos, no existan o que no debamos seguirlas. La noción filosófica de relativismo moral difiere de la manera como es usado el término por muchas personas. 

Existe la creencia que todos tenemos derecho a las propias opiniones y que nadie tiene derecho a imponernos una visión particular de la moral. A menudo esto se confunde con relativismo moral. Cuando en realidad es parte del principio de tolerancia en un sentido pragmático o diplomático. En la práctica, ante una violación moral rápidamente asumimos una posición absolutista. 

También hay personas que pasan por alto la moral, bajo la idea que la moral es relativa a cualquier cosa que alguien crea que es correcto o incorrecto en determinado momento. En esta idea cada uno decide qué es correcto e incorrecto según sus gustos o intereses personales. Esto no es relativismo moral, es nihilismo moral radical. 

El problema con el nihilismo moral y los escepticismos es que la moral no puede ser creada por convicción personal. La moral no desaparece simplemente porque decidimos rechazarla. Porque las reglas éticas son objetivas y universalmente vinculantes en todos los casos similares. 

La universalidad de las reglas morales

El equipo del Instituto de Antropología Cognitiva y Evolutiva de Oxford realizó una investigación donde se analizaron relatos etnográficos de ética de 60 sociedades al rededor del mundo.

Según el Dr. Oliver Scott Curry, autor principal e investigador principal del Instituto de Antropología Cognitiva y Evolutiva, en todo el mundo las personas enfrentamos un conjunto similar de problemas sociales y usamos un conjunto similar de reglas morales para resolverlos: «Todos en todas partes comparten un código moral común. Todos están de acuerdo en que cooperar, promover el bien común, es lo correcto».

El estudio probó la teoría de que la moralidad evolucionó para promover la cooperación. Ahora bien, debido a que hay muchos tipos de cooperación, también hay muchos tipos de moralidad. Sin embargo, por lo menos compartimos siete reglas universales: ayude a su familia, ayude a su grupo, devuelva favores, sea valiente, ceda ante los superiores, divida los recursos de manera justa y respete la propiedad de los demás.

Esto significa que no importa en qué lugar del planeta estamos o con cuál comunidad interactuamos, estas reglas valen.