La responsabilidad es la aceptación (voluntaria), de la obligación de responder por las posibles consecuencias de una acción o decisión tomada y, si es necesario, rendir cuentas por ellas o aceptar castigos.
Sinónimos
Conciencia, moralidad, sentido del deber, lealtad al deber, obligación, garantía, deber, compromiso, cometido, empleo, cargo, tarea.
Etimología
La palabra responsabilidad viene del latín respondere, traducido al español como «responder, contestar», en el sentido de obligarse, de comprometerse a algo. Por tanto, una persona responsable es aquella que responde con su persona a la exigencia que le corresponde: quien no solo da una respuesta, sino que ella misma es una respuesta.
Definición
En la RAE leemos que la responsabilidad es la cualidad de responsable. Esto es, estar obligado a responder de algo o por alguien. Dicho de otra manera, es el deber de lidiar con algo o de tener control sobre alguien.
Por su parte, la Encyclopaedia Herder la define como la «madurez psicológica de una persona que la hace apta para realizar adecuadamente una tarea determinada y capaz de tomar las decisiones pertinentes».
Introducción
Esencialmente, se trata de una tarea que se espera que hagamos o de una forma en que se espera que actuemos, teniendo en cuenta que las normas sociales en las que se basa la responsabilidad pueden tener un origen legal, ideológico o moral. Sin embargo, también puede basarse en un ideal elegido por uno mismo.
Asumir la responsabilidad de algo significa ser capaz de tomar decisiones independientes dentro de un marco definido. Aunque todos nos esforzamos por ser responsables, la verdad es que nadie quiere hacerse cargo o asumir la responsabilidad. En realidad, se trata de un tema bastante ambiguo.
Descripción
La responsabilidad es la cualidad de responder por los compromisos o la tarea asumida. Ser responsable significa hacer lo que se espera que hagamos y aceptar las consecuencias de nuestras acciones.
Nos referimos a un concepto de posibilidad. Concretamente, de la obligación de producir una determinada acción o cumplir con los requisitos para una determinada tarea o rol. Esta obligación es la suposición (voluntaria) de defender las posibles consecuencias de una acción y, si es necesario, de rendir cuentas o aceptar castigos.
La persona responsable posee la virtud de tomar decisiones de manera consciente, y de responder por las mismas ante quien corresponda en cada momento. No obstante, esto requiere el conocimiento de valores, leyes y normas sociales. De hecho, la responsabilidad lleva implícita la libertad e implica la práctica del deber, la confianza y la honradez.
Asumir la responsabilidad nos permite pensar sobre las consecuencias de nuestros actos y sobre cómo afrontarlas. Esto nos ayuda a adecuar nuestro comportamiento para no producir perjuicios innecesarios, para nosotros mismos o los demás.
Una responsabilidad es algo que se espera que hagamos
Nos expresamos sobre la responsabilidad de diferentes maneras. Por ejemplo, decimos que «tenemos responsabilidades», debemos «ser responsables», «tomar responsabilidad» o «actuar responsablemente». Todas estas formas de expresarnos están relacionadas con la capacidad para asumir la responsabilidad. Es decir, con hacer las cosas que se supone que debemos hacer y aceptar el resultado positivo o negativo de nuestras acciones.
Igualmente, al asumir la responsabilidad ganamos confianza y libertad. Debido a que las personas saben que pueden contar con nosotros para hacer las cosas que se espera que hagamos.
Tomamos decisiones prácticas todo el tiempo y es imposible escapar de las consecuencias. Tarde o temprano tenemos que responder por lo que hacemos. Parafraseando a Aranguren, en algún momento tenemos que asumir la responsabilidad moral, o lo que es lo mismo, asumir la obligación de reconocernos como autores de nuestros actos, ante la propia conciencia y ante la sociedad.