La idea del bien forma parte de la teoría de las ideas de Platón, no obstante, la idea del bien asume una posición especial, porque está por encima de todas las ideas.
Más bien creo esto último, pues me has oído decir muchas veces que el más sublime objeto de conocimiento es la idea del bien, que es la que, asociada a la justicia y a las demás virtudes, las hace útiles y beneficiosas.
— Platón, La República
Platón y la idea del bien
Recordemos que la idea detrás de las ideas no se trata de una cosa concreta como una mesa o sus características -color, tamaño o forma-. Más bien, se trata del carácter común de todas las mesas. Y es, precisamente, este carácter común lo que Platón llamó una idea.
Hay ideas de números y virtudes, pero también de todas las cosas. La cuestión es que las ideas mismas, según Platón, están fuera del mundo físico. Por tanto, no las experimentamos por contacto directo con la realidad, de manera práctica, solo las reconocemos por la mente.
Aunque las ideas no son parte del mundo físico son parte del ser y, por lo mismo, son eternas e inmutables. Nuestra alma inmortal vio las ideas antes de entrar en nuestros cuerpos, y ahora tiene la oportunidad de recordarlas.
Entre todas las ideas que el alma puede recordar hay una que está por encima de todas, es decir, la idea máxima. Para Platón esta idea máxima es la idea del bien. Porque, si bien las ideas son parte del ser, solo el bien es el principio del ser y de la verdad de las cosas.
Puedes, por tanto, decir que lo que proporciona la verdad a los objetos del conocimiento y la facultad de conocer al que conoce es la idea del bien, a la cual debes concebir como objeto del conocimiento, pero también como causa de la ciencia y de la verdad; y así, por muy hermosas que sean ambas cosas, el conocimiento y la verdad, juzgarás rectamente si consideras esa idea como otra cosa distinta y más hermosa todavía que ellas. Y, en cuanto al conocimiento y la verdad, del mismo modo que en aquel otro mundo se puede creer que la luz y la visión se parecen al sol, pero no que sean el mismo sol, del mismo modo en éste es acertado el considerar que uno y otra son semejantes al bien, pero no lo es el tener a uno cualquiera de los dos por el bien mismo, pues es mucho mayor todavía la consideración que se debe a la naturaleza del bien.
— Platón, La República
La importancia de la idea del bien
Cualquier conocimiento es inútil si no conocemos su valor. Así como el sol hace que las cosas sean visibles a través de su luz y es la causa de todo crecimiento y vida, lo mismo es la idea del bien a la razón y lo reconocible. Sólo a través de la idea del bien es posible que el alma alcance el verdadero conocimiento.
-Del sol dirás, creo yo, que no sólo proporciona a las cosas que son vistas la facultad de serlo, sino también la generación, el crecimiento y la alimentación; sin embargo, él no es generación. […] Del mismo modo puedes afirmar que a las cosas inteligibles no sólo les adviene por otra del bien su cualidad de inteligibles, sino también se les añaden, por obra también de aquél, el ser y la esencia; sin embargo, el bien no es esencia, sino algo que está todavía por encima de aquélla en cuanto a dignidad y poder.
— Platón, La República
La alegoría de la caverna lo resume a la perfección
El mundo tiene sentido solo cuando lo capturamos en su totalidad. Por un lado, esto incluye el mundo físico, la caverna. Pero, esto no tiene sentido sin el conocimiento del mundo fuera de la caverna, y sin el conocimiento de la idea del bien, el sol, la causa y la meta de todo.
Hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas, que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
— Platón, La República
En el sentido de la teoría platónica de las ideas, el bien es el objeto de todo nuestro esfuerzo. El bien es lo que cada alma aspira, el problema es que el mundo físico nos distrae de lo verdadero, de hecho, es el único y gran obstáculo de la idea del bien.