Paz

La paz como virtud es un estado de armonía y concordia o un estado de tranquilidad contemplativa, serena. 

Sinónimos 

Tranquilidad, sosiego, unidad, unanimidad, concordia, acuerdo, armonía, reconciliación, calma, reposo, entendimiento, armonía, silencio, tregua, relajación, conciliación. 

Etimología 

La palabra paz proviene del latín pax que significa un periodo de estabilidad (sin guerra), y está relacionada con el verbo pacisci que significa acordar o hacer un trato. 

Definición 

La Real Academia Española enumera ocho definiciones, entre ellas encontramos que es una «relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos». 

Introducción 

Hay diferentes formas de paz: interior, mental, social o política. Por esta razón, a casi todos nos resulta más fácil definirla dialécticamente como lo opuesto a la guerra o la violencia. De hecho, casi siempre estamos tentados a confundirla con la simple ausencia de conflicto, igual como confundimos la salud con la ausencia de enfermedad. Pero la simple ausencia de guerra o de conflicto no es verdadera paz. 

Para poder hablar de una paz verdadera esta debe abarcar las grandes preocupaciones de la integración humana, es decir, las relaciones cooperativas, tranquilas y armoniosas. 

La paz consiste en la quietud y unión del apetito. Y así como puede haber apetito tanto del bien verdadero como del bien aparente, puede darse igualmente una paz verdadera y una paz aparente. La paz verdadera no puede darse, ciertamente, sino en el apetito del bien verdadero, pues todo mal, aunque en algún aspecto parezca bien y por eso aquiete el apetito, tiene, sin embargo, muchos defectos, fuente de inquietud y de turbación. 

— Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, 2.2. q.29 

La verdadera paz deviene en un orden justo y tranquilo que busca una condición de plenitud en la que hay solidaridad, respeto mutuo y satisfacción de necesidades. En esta visión de paz hay un verdadero florecimiento comunitario y humano, donde se establece por la concordia y actitud apacible de la mayoría de los participantes directos e indirectos. 

De ahí que la verdadera paz no puede darse sino en bienes y entre buenos. La paz, empero, de los malos es paz aparente, no verdadera. Por eso se dice en Sab 14,22: Viven en la gran guerra de la ignorancia; a tantos y tan grandes males llamaron paz.

— Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, 2.2. q.29 

Descripción 

La paz es una necesidad básica y un agradable estado de concordia y armonía para la mayoría de las personas. Este estado está particularmente marcado por la ausencia de perturbaciones negativas, disputas, preocupaciones y, en particular, el conflicto. 

No obstante, como virtud no se trata de una simple ausencia de conflicto, más bien es el estado mental y emocional que nos dispone a la benevolencia, la confianza y la justicia. Por consiguiente, debemos comprender la paz como una virtud primaria relacionada con las relaciones humanas positivas, la cooperación y la armonía. 

Solamente merecemos con actos de virtud. Ahora bien, es meritorio procurar la paz, según Mt 5,9: Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios. La paz, pues, es virtud. 

— Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, 2.2. q.29 

Pacifismo 

El pacifismo es un compromiso con la oposición al conflicto que busca el bienestar de todas las partes involucradas. Esto significa no violencia desde una historia, unos principios y métodos de disensión, comunicación, arte, organización y compromiso individual o social. 

Ahora bien, la base del pacifismo es la justicia transformadora, aquella que hace posible la liberación, restauración, reparación, sanación o reconciliación como alternativas a la retribución. 

Por otra parte, no menos importante, el pacifismo se puede conectar a un proyecto más amplio de transformación espiritual, como en el compromiso de Gandhi con la ahimsa o la no violencia. 

Según la tradición budista existimos en un mundo de apariencias en el que el sufrimiento es omnipresente. Para superar este sufrimiento es necesario poder ver a través del velo de maya y las ilusiones de este mundo. La compasión universal o ahimsa (no violencia) es la virtud que renuncia a la violencia omnipresente del mundo real. Por eso, para Gandhi, la única manera de alcanzar la paz es la paz misma: «No hay camino para la paz, la paz es el camino». 

Paz cristiana 

En la fe cristiana Dios proporcionará tanto la fuerza para soportar el sufrimiento como una recompensa final para aquellos que permanezcan comprometidos con los principios de la paz. 

El Señor te bendiga y te guarde;

el Señor te mire con agrado 

y te extienda su amor; 

el Señor te muestre su favor 

y te conceda la paz. 

— Números 6:24-26 

La paz es fruto de la justicia, por ello es en realidad un compromiso con los mandamientos de Dios, tal como los articuló Jesús. De hecho, los pacifistas religiosos aceptan el sufrimiento que pueda resultar de su negativa a participar en la violencia. Porque creen que este sufrimiento será redimido en la estructura más amplia de la justicia divina. 

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.  

— Juan 16:33

En la compasión nace la paz y su fruto es la justicia, pero no puede ser selectiva, esta comienza y termina con nosotros mismos. Si queremos paz en nuestras vidas tenemos que poner la inteligencia al servicio de la compasión y del amor.

La paz, como queda dicho (a.1), implica esencialmente doble unión: la que resulta de la ordenación de los propios apetitos en uno mismo, y la que se realiza por la concordia del apetito propio con el ajeno. Tanto una como otra unión la produce la caridad. Produce la primera por el hecho de que Dios es amado con todo el corazón, de tal manera que todo lo refiramos a El, y de esta manera todos nuestros deseos convergen en el mismo fin. Produce también la segunda en cuanto amamos al prójimo como a nosotros mismos; por eso quiere cumplir el hombre la voluntad del prójimo como la suya.  

— Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, 2.2. q.29