Nosotros el pueblo creamos el poder político

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En estado de naturaleza los seres humanos gozamos de completa libertad, pero renunciamos a esa libertad en beneficio de un orden artificial: el Estado o poder político. Básicamente, nosotros el pueblo creamos el poder político porque queremos convivir en paz. 

El origen y el propósito del Estado son explicados por el contrato social, una hipótesis que además explica la autoridad política, el orden social y el propósito de los derechos humanos. 

El pacto social

Por contrato social entendemos el pacto que hacemos los individuos, por el que, de forma tácita o expresa, acordamos renunciar a nuestros derechos naturales, para constituirnos en sujetos de derechos civiles. Mediante el pacto nos organizamos en una sociedad y fundamos la autoridad pública. 

Renunciamos al derecho de gobernarnos

Según Thomas Hobbes, la autoridad política y el orden social surgen porque la crueldad y la brutalidad, que los seres humanos podemos infligirnos entre nosotros, hace necesario un Estado fuerte que nos proteja de lo peor que hay en nosotros. 

En consecuencia, el contrato viene a significar la renuncia al poder personal. Esto es, abandonar la libertad de la que dispondríamos en estado de naturaleza, por parte de cada uno de nosotros y por voluntad propia, a cambio de ciertos derechos; lo que, a su vez, permite el establecimiento de un poder mayor (el Estado) para hacer cumplir el contrato, el cual es reconocido por todos. 

Nosotros el pueblo creamos el poder político y, nos guste o no, la mayoría está de acuerdo con aceptar unas normas morales, unas leyes y la existencia de una autoridad. 

Determinamos la forma de gobierno

Para Samuel Pufendorf no se trata de un pacto, sino de dos. Primero nos constituimos como pueblo, antes que el gobernante. Por tanto, es como individuos unidos que establecemos las condiciones que regulan la función del gobernante. 

Como pueblo determinamos la forma de gobierno, y sólo mediante el poder del colectivo podemos alcanzar la seguridad para todos los ciudadanos. 

Solidaridad (Solidarität) de Käthe Kollwitz, 1931–1932.

Queremos protección

Todo indica, como explica John Locke, que nos unimos en una sociedad porque queremos proteger nuestras vidas, nuestras libertades y nuestras propiedades. 

El contrato social es temporal y depende del buen desempeño del Estado, entendido éste como servidor del pueblo. Cuando el Estado excede su autoridad viola los acuerdos del contrato, y entonces no merece el apoyo de la gente. 

La «voluntad general»

Según Jean-Jacques Rousseau, como seres sociales debemos encontrar una forma de asociación que nos defienda y proteja de toda fuerza común. 

El contrato social ordena nuestra vida social exaltando la soberanía popular, y apelando al carácter constitutivamente moral de la sociedad. Este pacto social encierra la «voluntad general» (volonté générale) como única instancia capaz de generar derecho. Con otras palabras, las leyes están sujetas a la voluntad de la mayoría. 

Aceptamos los principios de la justicia para nuestro propio bien

Por otra parte, John Rawls explica que la sociedad supone, por un lado, conflicto constante de intereses y, por el otro, voluntad de mantener los principios de la justicia. 

Estos principios los aceptamos para mantener la sociedad. Pero no son el resultado de un pacto inicial sino de una posición inicial. Aceptamos estos principios como hombres libres para nuestro propio bien. 

Los dos principios de justicia dicen así: 

1. Toda persona tiene igual derecho a un régimen plenamente suficiente de libertades básicas iguales, que sea compatible con un régimen similar de libertades para todos. 
2. Las desigualdades sociales y económicas han de satisfacer dos condiciones. Primero, deben estar asociadas a cargos y posiciones abiertos a todos en las condiciones de una equitativa igualdad de oportunidades; y, segundo, deben procurar el máximo beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad. 

― John Rawls, Sobre las libertades 

De esta manera, como pueblo creamos el poder político y aceptamos los principios de la justicia. 

Tenemos derechos y deberes

Lo que llamamos Constitución Política es la expresión normativa del contrato social, allí quedan consignados los alcances, límites y formas del ejercicio del poder; así como nuestros derechos y deberes como ciudadanos, dentro de un marco de principios y valores comunes. 

La Constitución debe expresar la voluntad general, ésta constituye el bien común y se construye mediante plebiscito directo. 

Los términos del contrato pueden ser cambiados si así lo deseamos. Nunca debemos olvidar, que el contrato social es un acuerdo en el que se deben respetar nuestros derechos naturales, la vida y la propiedad. Si ese no es el caso tenemos la obligación de rebelarnos contra el gobierno y anular el acuerdo. 

En el Estado democrático como lo conocemos hoy día, la soberanía se encuentra en el pueblo y la autoridad está en la mayoría: NOSOTROS EL PUEBLO. 


Arte | Solidaridad (Solidarität) de Käthe Kollwitz, 1931–1932. Se encuentra en el Museo Käthe Kollwitz de Colonia, Alemania. 

En octubre de 1930, Käthe Kollwitz recibió una invitación para unirse a una protesta contra el arresto de científicos rusos… finalmente eligió una forma diferente de solidaridad en 1932, con motivo del decimoquinto aniversario de la URSS: ninguna declaración pública, sino su litografía «Protegemos la Unión Soviética». El nombre proviene del estribillo de la llamada canción de la hélice de la Fuerza Aérea Soviética, que generalmente se había convertido en la canción de batalla de los trabajadores rusos. 

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La hoja en cuestión, que figura en el catálogo razonado bajo el título «Solidaridad», es el dibujo de transferencia para el grabado. (© Museo Käthe Kollwitz )