Lo más importante que debemos saber sobre la ética es que se trata de encontrar nuestra identidad, mejorar la conciencia y nuestras habilidades sociales y emocionales. De manera que desarrollemos nuestro potencial humano y saquemos a la luz lo mejor de nosotros.
Índice
No comprendemos la ética
La mayoría de nosotros relacionamos erróneamente la ética con los sentimientos, la religión, la ley o las normas aceptadas por la sociedad.
Si bien tenemos ese sentimiento que nos dice lo que está bien y lo que está mal, ser ético no tiene nada que ver con seguir nuestros sentimientos.
Igualmente, si bien la religión fomenta unos estándares éticos altos, la ética no es lo mismo que religión ni tampoco la podemos confinar a la religión.
Ser ético tampoco es seguir la ley ni hacer aquello aceptado por la sociedad, después de todo, una sociedad puede tornarse éticamente corrupta como fue el caso de la Alemania nazi.
Es mucho más que normas y reglas
Si hablamos de ética, hablamos de estándares bien fundamentados del bien y del mal que prescriben lo que debemos hacer: normas. Sin embargo, para que una norma sea ética debe estar respaldada por razones coherentes y fundadas.
Las normas éticas imponen, por ejemplo, las obligaciones razonables de abstenerse de la violación, el robo, el asesinato, el asalto, la calumnia y el fraude; o estándares éticos como el derecho a la vida, el derecho a no sufrir lesiones y el derecho a la privacidad.
Se vigila a sí misma
No siempre somos conscientes cómo nuestros sentimientos, leyes y normas sociales se desvían de lo que es ético. Por esta razón, la ética también se encarga del estudio y desarrollo de los estándares éticos. Esto es, el estudio de nuestras propias creencias morales y nuestra conducta moral. De tal forma, que las instituciones y nosotros mismos cumplamos con estándares éticos razonables y sólidos.
Básicamente, la ética nos dice lo que es bueno para nosotros como individuos y como sociedad. Se trata de cómo debemos actuar y de la búsqueda de la conducta correcta (identificada como la que causa el mayor bien) y la buena vida. En el sentido de una vida digna de ser vivida o una vida que sea satisfactoria o feliz.
Es el núcleo mismo de la vida cotidiana
Detrás del principio rector de la norma ética se esconde un sistema para pensar y actuar. Para hacernos una idea sobre esto, solo debemos mirar con atención aquellas cosas en las que creemos y, luego, pensar en cómo reaccionaríamos si se cuestionan esas creencias.
Las cosas que creemos, lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, moldean la forma en que vivimos. En concreto, lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hacemos y el mundo que creamos a través de nuestras decisiones y actos.
La ética nos dice cuáles son las mejores acciones que deberíamos llevar a cabo en nuestra vida cotidiana. Se podría decir que en la ética convergen y se enfrentan los desafíos de la vida y nuestros valores, lo que nos obliga a elegir y a lidiar con la pregunta ¿Qué es correcto?
La ética tiene el objetivo de responder una gran pregunta: ¿Cómo debería vivir? Con otras palabras, la ética es una invitación a conocer nuestro mundo, a conocernos a nosotros mismos y a lidiar con la vida de la mejor manera.
Ya lo ha dicho Savater, la ética es el arte de saber vivir bien.
Nos permite llevar una vida digna
Lo maravilloso de ser humano es que podemos pensar, podemos sentir, podemos aprender y podemos elegir. Tenemos opciones y somos libres de elegir entre el sí y el no. La vida nos pertenece y está en nuestras manos lo que hacemos con ella.
La ética es la mejor herramienta que tenemos para tomar decisiones sabias. Proporciona un mapa moral, un marco que podemos usar para encontrar nuestro camino a través de cuestiones difíciles. Esto nos permite actuar coherentemente con los propios valores y principios, y nos permite ser fieles a nosotros mismos.
Ahora bien, la ética no es solo para grandes preguntas y grandes soluciones, la ética nos ayuda a mirar nuestras vidas como un todo y nos ayuda a vivir una vida digna de ser vivida.
La ética nos ayuda a:
- Entender qué es lo correcto o debido por hacer.
- Aceptar el costo de hacer lo que creemos que es correcto.
- Tener el valor de explorar preguntas difíciles.
- Desarrollar una conciencia bien informada.
- Ser fieles a la idea de quiénes somos y qué representamos.
Se trata de relaciones
La ética no se trata de nosotros. Se trata de relaciones. La relación con nosotros mismos, con la vida que elegimos vivir y con el mundo en el que todos vivimos. El corazón de la ética es el «otro». Estar vivo significa que estamos inherentemente en relación con algo o alguien más desde el momento en que nacemos. Se puede decir que tenemos el privilegio y desafío de ser parte de algo más grande que nosotros.
En consecuencia, cuando pensamos éticamente, estamos pensando en algo que va más allá de nosotros mismos. Cosas como la pareja, los hijos, el amigo, los vecinos, la sociedad, la naturaleza, Dios, etc.