Nour Kteily 1 y otros investigadores encontraron que la deshumanización flagrante es sorprendentemente frecuente, prevalente y potente, además predice de forma única actitudes y comportamientos agresivos intergrupales que fomentan círculos viciosos de conflicto.
¿Qué es la deshumanización?
La deshumanización es una de las formas de desconexión moral que utilizamos para justificar nuestro comportamiento reprochable. No obstante, la deshumanización puede tomar muchas formas, desde variaciones sutiles presentes en nuestra cotidianidad hasta la deshumanización explícita y flagrante, protagonista de algunos de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad.
En su sentido amplio, la deshumanización consiste en privar de caracteres innatos del ser humano a otro ser humano. Mientras que la deshumanización es flagrante cuando pensamos que grupos específicos de personas son menos humanos que nosotros, y lo hacemos de manera explícita -evidente y actual-.
La proliferación de investigaciones sobre la deshumanización sutil tiene su origen en la introducción de la «infrahumanización» (Leyens et al., 2000). La principal conclusión de este programa de investigación es que los individuos suelen negar una «esencia humana» a los grupos externos negándoles selectivamente las emociones que distinguen a los humanos de los animales (es decir, emociones secundarias, como la vergüenza y la euforia), pero no emociones compartidas con animales (es decir, emociones primarias, como el miedo y la excitación). Y lo que es más importante muestra que los individuos atribuyen más emociones positivas (por ejemplo, compasión) y negativas (p. ej., amargura) al grupo en comparación con los grupos externos, lo que sugiere que la infrahumanización no es una mera expresión de aversión.
— Kteily, Nour; Bruneau, Emile; Waytz, Adam et al. The ascent of man: Theoretical and empirical evidence for blatant dehumanization.
Modos de deshumanización
Hay dos modos de deshumanización, el primero se conoce como deshumanización animalista y sucede cuando negamos a otras personas rasgos humanos únicos, que distinguen a los humanos de los animales (como la aptitud cognitiva, refinamiento y civismo). El segundo se llama deshumanización mecanicista, y ocurre cuando negamos a otros rasgos de naturaleza humana que son típicos y fundamentales de los humanos, pero no necesariamente únicos en relación con otros animales (como la calidez y la emocionalidad).
A los grupos a los que se les niega una naturaleza humana única se les compara con animales, y a los grupos a los que se les niega rasgos de naturaleza humana se les compara con objetos inanimados, como robots o autómatas (Haslam, Bain, Douge, Lee y Bastian, 2005).
— Kteily, Nour; Bruneau, Emile; Waytz, Adam et al. The ascent of man: Theoretical and empirical evidence for blatant dehumanization.
Kteily y otros: deshumanización flagrante
En una serie de siete estudios2, Kteily y sus colegas utilizaron el conocido diagrama Ascent of Man (Ascensión del Hombre) para determinar la disposición de los participantes a deshumanizar abiertamente a los demás. El diagrama muestra cinco figuras en silueta en diferentes etapas de desarrollo evolutivo, desde un cuadrúpedo encorvado en el extremo izquierdo hasta un humano erguido en el extremo derecho. En los estudios, los participantes debían clasificar dónde caían varios grupos en el espectro del desarrollo evolutivo.
Los resultados de los estudios señalan que un número bastante significativo de personas está dispuesto a deshumanizar a otros grupos. Asimismo, la deshumanización flagrante se asocia con creencias explícitas sobre la superioridad inherente de algunos grupos sobre otros, y acciones intergrupales agresivas en contextos intergrupales conflictivos.
La presente investigación examinó si los individuos se involucran en la deshumanización flagrante hacia ciertos grupos, y si es así, si la deshumanización flagrante predice resultados intergrupales consecuentes. En numerosos objetivos y contextos sociales, descubrimos que los individuos estaban dispuestos a describir abiertamente a muchos otros grupos como menos «evolucionados» que el suyo. A su vez, el grado de deshumanización manifiesta predecía de forma única una serie de actitudes y comportamientos agresivos, como el apoyo a la tortura y a las políticas sociales abiertamente discriminatorias, y aumentaba tras la violencia intergrupal cuando las medidas de deshumanización sutil no lo hacían. Estos resultados ponen de relieve la necesidad de profundizar en nuestra comprensión de la deshumanización flagrante y explícita, sobre todo a la luz del número de conflictos intergrupales violentos que persisten en todo el mundo.
— Kteily, Nour; Bruneau, Emile; Waytz, Adam et al. The ascent of man: Theoretical and empirical evidence for blatant dehumanization.
¿Quién es más probable que deshumanice?
Igualmente, Kteily y otros investigadores encontraron que la deshumanización flagrante es más probable que se manifieste en personas que creen en la noción jerárquica de que algunos grupos son inherentemente superiores a otros. Esto significa que existe una fuerte correlación entre el acto de deshumanizar a otros y la «orientación de dominio social» (SDO).
¿Qué hay detrás de la inhumanidad del hombre hacia el hombre?
Los resultados de la investigación de Kteily y sus colegas indican que está la idea de que las minorías y los vulnerables son menos que humanos. Todos somos capaces de ver a aquellos contra quienes tenemos más prejuicios no tan humanos como nos vemos a nosotros mismos.
De hecho, todos somos susceptibles de experimentar diversas formas de deshumanización. Por ejemplo, el expresidente de los Estados Unidos Barack Obama, a veces se caracteriza en las caricaturas políticas como un mono; en Europa los fanáticos del fútbol a veces arrojan plátanos a los jugadores negros, los médicos nos piensan como números de casos, y los gerentes y empresarios piensan en sus empleados no como individuos sino simplemente en términos de su utilidad.
El peligro de deshumanizar a los demás
Indiscutiblemente, los seres humanos tenemos muchas diferencias. Sin embargo, hay una categoría superior a la que todos pertenecemos: humanos. Todos somos seres humanos más allá de cualquier diferencia posible. Cuando negamos la humanidad de los demás, los tratamos como menos que y abrimos la puerta a formas inhumanas (inmorales) de comportamiento.
Aunque nos gusta pensar que la inhumanidad es cosa del pasado, la verdad es que persiste en nuestros días en sus formas más inmorales. De hecho, la deshumanización flagrante sigue siendo sorprendentemente generalizada. Por ejemplo, los líderes políticos de toda Europa y los Estados Unidos se refieren a los inmigrantes como «animales», mientras que israelíes y palestinos se comparan entre sí con simios subhumanos.
Aunque la deshumanización sutil puede ser más común que la flagrante, numerosos contextos intergrupales contemporáneos hacen que la deshumanización flagrante sea muy relevante: la población romaní en Europa, los conflictos sectarios en Siria e Irak, el conflicto en Israel/Palestina, las continuas luchas entre indios y pakistaníes, el conflicto entre grupos religiosos como hindúes y musulmanes en la India. Estos contextos guardan sorprendentes similitudes con oscuros periodos de la historia de la humanidad en los que la deshumanización explícita permitió la violencia y contribuyó a provocar un increíble sufrimiento humano (por ejemplo, equiparar a los tutsis con cucarachas antes del genocidio de Ruanda). Disponer de una forma validada de medir la percepción de la deshumanización flagrante nos acerca a la comprensión de cómo este fenómeno psicológico puede causar terribles actos de violencia masiva y, potencialmente, cómo mitigar sus efectos.
— Kteily, Nour; Bruneau, Emile; Waytz, Adam et al. The ascent of man: Theoretical and empirical evidence for blatant dehumanization.
La deshumanización flagrante nos da suficientes motivos para estar preocupados
El estudio de Nour Kteily y otros investigadores sobre la deshumanización flagrante señala que, si pensamos que otros grupos están menos evolucionados, entonces, es más probable que apoyemos las represalias contra ellos.
Pese a los esfuerzos de la civilización para prevenir la violencia, los seres humanos aún somos capaces de cometer las atrocidades más aberrantes. Ahora bien, la violencia persiste en parte debido a nuestra disposición para justificar y defender el comportamiento inmoral. Como explica el psicólogo Albert Bandura, la deshumanización es una de las ocho formas de desconexión moral.
- Nour Kteily, Profesor de Gestión y Organizaciones y codirector del Centro de Investigación de Resolución de Disputas de la Universidad Northwestern ↩︎
- Kteily, Nour; Bruneau, Emile; Waytz, Adam et al. The ascent of man: Theoretical and empirical evidence for blatant dehumanization. In: University of Pennsylvania ScholarlyCommons. 2015. (En español: El ascenso del hombre: Pruebas teóricas y empíricas de la deshumanización flagrante) ↩︎
Ilustración | La Marcha del Progreso, originalmente titulada El Camino al Homo Sapiens (The Road to Homo Sapiens), es una ilustración de Rudolph Zallinger creada para Early Man de la Life Nature Library, publicada en 1965.