Ética explicada

La voluntad no será recta si no lo es el hábito del alma, del cual procede; y, en fin, el hábito del alma no será bueno, si el alma no conoce bien todas las reglas de la vida, si no juzga sanamente de todas las cosas y las reduce a su justo valor. Solamente gozan de tranquilidad aquellos que permanecen firmes en juicio cierto é inmutable.

― Séneca, Cartas a Lucilio, Epístola XCV