Una breve definición de educación es el proceso de enculturación, es decir, el proceso mediante el cual aprendemos y adoptamos las normas, valores y comportamientos de nuestra cultura para integrarnos a ella. De manera singular y específica, la educación es la suma total de todas las actividades que buscan desarrollar nuestra personalidad y socialización. Ahora bien, la socialización, a su vez, es nuestra adaptación a patrones sociales de pensamiento y sentimiento mediante la internalización de normas sociales.
La ciencia nos brinda otra breve definición de educación, explicándola como todas las acciones y comportamientos conscientes e intencionales de personas relativamente experimentadas que permiten a las personas menos capaces llevar una vida independiente. En otras palabras, una persona con conocimiento y/o experiencia se lo transmite a otra persona sin conocimiento y/o experiencia para que pueda vivir su propia vida.
La educación nunca termina
Se piensa que la educación está dirigida principalmente a niños y adolescentes, pero no es así porque la educación no tiene fin. Las perspectivas de enseñanza van desde aprender a caminar, atarse los zapatos, hacer fuego, pintar, tocar el piano, formar expertos en medicina, derecho o arquitectura, hasta cuestiones humanas como los derechos, valores y principios humanos.

Todos tenemos el deber moral de educarnos
El sujeto de la educación es la propia persona y por tanto la comunidad o sociedad, porque la sociedad es un grupo de personas: la realidad social está formada por factores sociales e individuales. Asimismo, la sociedad en su conjunto es un reflejo de sus componentes individuales. Por tanto, como individuos todos tenemos la obligación moral de educarnos, más aún si el Estado y la sociedad fallan.
El objetivo de la educación es nuestra realización como personas humanas
Cada ser humano debe constituir y desarrollar su ser personal desde la perspectiva integral de la persona humana.
“La formación integral es el proceso continuo, permanente y participativo que busca desarrollar armónica y coherentemente todas y cada una de las dimensiones del ser humano, a fin de lograr su realización plena en la sociedad.”
(ACODESI, 2002: 13)
La educación consiste en renovar todas nuestras virtudes, extrayendo desde nuestro interior lo que heredamos. Siempre posibilitando el desarrollo de la propia personalidad y procurando la preservación de un modo de vida en sociedad impulsada por principios de justicia y solidaridad. Ya que la vida en sociedad no es factible sin estos valores.
Cada uno de nosotros es un sujeto de conocimiento y de acción. Por esta razón, es importante una educación coherente, donde nos concebimos como personas morales con conciencia y responsables de nuestros actos, personas dotadas de los principios de autonomía, inviolabilidad y dignidad.