Ayala: el sentido moral

Todos tenemos un sentido moral y según Francisco Ayala, profesor de biología evolutiva en la Universidad de California, este sentido es un subproducto de nuestra evolución. En su artículo en PNAS encontramos que el comportamiento ético no puede explicarse directamente por selección natural. La moral no es una adaptación al ambiente de la cual nos beneficiamos. Más bien, es la racionalidad humana la que produce los juicios morales. 

La capacidad ética es el resultado de una evolución gradual, pero es un atributo que solo existe cuando los atributos subyacentes (es decir, las capacidades intelectuales) alcanzan un grado avanzado. Las condiciones necesarias para el comportamiento ético solo se producen después del cruce de un umbral evolutivo. 

— Francisco J. Ayala, The difference of being human: Morality en PNAS 

El sentido moral Según Ayala

Ayala explica el sentido moral como nuestra predisposición a evaluar algunas acciones como «virtuosas o moralmente buenas, y otras como malas o moralmente malas». La moralidad es el impulso o la predisposición a juzgar nuestras acciones como correctas o incorrectas, en términos de las consecuencias para otras personas. 

En este sentido, los humanos son seres morales por naturaleza porque su constitución biológica determina la presencia en ellos de las tres condiciones necesarias para el comportamiento ético. Estas condiciones son ( i ) la capacidad de anticipar las consecuencias de las propias acciones; ( ii ) la capacidad de hacer juicios de valor; y ( iii) la capacidad de elegir entre cursos de acción alternativos. Estas habilidades existen como consecuencia de la eminente capacidad intelectual de los seres humanos. 

— Francisco J. Ayala, The difference of being human: Morality en PNAS 

La racionalidad humana es responsable de los juicios morales

Para Ayala el objetivo de la selección natural, especialmente en el Pleistoceno, fue más bien el desarrollo de la capacidad intelectual. Y son, precisamente, nuestras capacidades intelectuales las que dan origen a nuestro sentido moral. 

Gracias a las habilidades intelectuales podemos anticipar las consecuencias de nuestras acciones, evaluar esas consecuencias y seleccionar la acción apropiada. 

El sentido moral, como he propuesto, surge como una implicación necesaria de nuestros altos poderes intelectuales, que nos permiten anticipar las consecuencias de nuestras acciones, evaluar tales consecuencias y elegir en consecuencia cómo actuar. 

— Francisco J. Ayala, The difference of being human: Morality en PNAS 

Asimismo, Ayala hace una distinción entre nuestro sentido moral y las normas morales que seguimos. Nuestro sentido moral está estrechamente relacionado con nuestra naturaleza humana y nuestro intelecto. Mientras que las normas morales son el producto de la evolución cultural. 

En consecuencia, todos compartimos un sentido moral, pero las normas morales pueden cambiar con el paso del tiempo o de una sociedad a otra. Al respecto, Ayala nos recuerda que nuestra generación ha vivido el cambio de percepción sobre el manejo del divorcio, el consumo de la marihuana o la homosexualidad entre otros.