Aranguren: responsabilidad moral

José Luis López Aranguren nos explica que no podemos escapar de la responsabilidad moral, porque nos hacemos a nosotros mismos a través de nuestros actos, y dado que los proyectamos y realizamos libremente somos responsables de ellos.

He aquí la segunda dimensión de la libertad humana: libertad ya no, como vimos antes, del engranaje estímulo-respuesta, sino libertad para preferir entre las diversas posibilidades de realidad. Y este proceso de preferencia o elección no ocurre una sola vez, claro está, sino que se repite a lo largo de la vida.  

― José Luis López Aranguren, Ética

Todos heredamos una realidad definitiva y eterna: el requisito de asumir la responsabilidad. El problema es que nadie quiere ser dueño de sus actos y mucho menos de sus errores. Dicho de otra manera, muy pocos asumen el control sobre cómo van las cosas. Pero, evadir la responsabilidad no nos libra de ella.

La autonomía es fundamento y condición necesaria de la moralidad.

Si alguien nos apunta con un arma y nos obliga a hacer algo no somos autónomos para elegir y, por tanto, no somos responsables moralmente por nuestros actos. Sin libertad no podemos hablar de moralidad. Ésta exige que podamos elegir libremente entre las distintas opciones y preferencias. 

La autonomía es fundamento y condición necesaria de la moralidad, en cuanto coinciden en ella libertad y responsabilidad. 

Según Aranguren, además de tomar decisiones prácticas tenemos que responder por lo que hacemos, y en esto consiste la responsabilidad moral.

Con otras palabras, la responsabilidad moral es la obligación de reconocernos como autores de nuestros actos, ante la propia conciencia y ante la sociedad. 

Pero realizadas, ¿dónde? Por supuesto en la realidad exterior a mí, en el mundo; pero también -y ésta es la vertiente que aquí nos importa, porque es la vertiente moral- en sí mismo, de modo que quedan incorporadas a mi propia realidad. Así se comprende este carácter constitutivamente moral, responsable de sus actos porque los proyecta y realiza libremente; pero con una paradójica libertad necesaria, pues, según vio ya Ortega y Gasset, somos «a la fuerza libres».  

― José Luis López Aranguren, Ética

Somos agentes morales

Básicamente, la responsabilidad moral se trata del estado de elogio o culpa, y recompensa o castigo que merecemos moralmente por un acto u omisión de acuerdo con las obligaciones morales que tenemos.

Si somos moralmente responsables por nuestros actos, entonces somos agentes morales. Esto significa que tenemos la capacidad de reflexionar sobre una situación, formar intenciones sobre cómo actuaremos y luego llevar a cabo esa acción.

La moral es el «quehacer» de la vida

Somos libres para elegir entre diferentes acciones, somos libres para preferir una acción sobre otra. Estas preferencias van haciendo la vida y dándole forma al mundo. Así, decisión tras decisión, acto tras acto, nos hacemos a nosotros mismos, a la vida y al mundo. 

Esta moral como estructura e incorporación consiste a la vez en el «quehacer» o ir haciendo libremente mi vida y en mi vida tal como va quedando hecha. Lo moral produce así una «segunda naturaleza», como decía Aristóteles, o sea, una auténtica realidad: el ethos, el carácter o personalidad moral que he conquistado o adquirido viviendo. 

― José Luis López Aranguren, Ética 

Somos constitutivamente morales. Por un lado, nosotros hacemos la moral y, por otro, la moral nos hace.